Iluminación

Autor: Andrés Claudio Senra Barja

La revisión de este material docente ha sido coordinada por la profesora: Maria Iñigo Clavo (2019)

Temática

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Descripción

La iluminación es un recurso expresivo fundamental en el terreno del audiovisual. Nos ayuda a crear un ambiente determinado que debemos considerar a la hora de planificar nuestra pieza.

La teoría de la iluminación proviene de los ámbitos del teatro, la pintura, fotografía y el cine, aunque en estas últimas el campo y el encuadre delimitan el espacio y condicionan la planificación que debemos hacer de la luz en la imagen.

Iluminar correctamente nos permite construir ambientes espaciales y temporales diferentes en función de aspectos como la intensidad de la luz, la dirección, el contraste o la temperatura de color.

Debemos considerar, por ejemplo, que la intensidad de la luz regulará una ambientación general. Una luz muy intensa puede resultar molesta, pero a la vez puede despertar sentimientos de alegría y claridad, como ocurre en un día soleado. Las tinieblas y la oscuridad producen el efecto contrario y pueden añadir un sentimiento de misterio.

La noche representa, de manera atávica en el ser humano, un espacio-tiempo de peligrosidad, pero también de encuentro y de fiesta donde poder ocultarse de la mirada del otro.

En el inconsciente y en la tradición literaria las sombras son el lugar donde acechan animales, bestias y personas, pero también es el tiempo del sueño y la sexualidad.

En esta línea, podemos conseguir diferentes efectos psicológicos mediante la iluminación de una escena. Cuando nos interesa enfatizar cambios repentinos de ánimo, un recurso muy utilizado en el audiovisual es modificar drásticamente y de forma rápida la iluminación de un espacio. Por el contrario, cambios graduales se utilizan para señalar que el tiempo de una escena se ha alargado durante una jornada; la luz pasará en pocos minutos de una luz diurna a un atardecer y a la noche. Estos cambios de iluminación gradual también se pueden utilizar para acompañar estados anímicos cambiantes; por ejemplo, en una situación de disputa la luz puede tornarse más contrastada.

La iluminación no será igual cuando hay que iluminar un objeto estático que cuando iluminamos en movimiento. Los cambios de ángulo y perspectiva, así como de posición de los elementos en movimiento con respecto a la cámara y los focos, producirán sombras y zonas claras variables.

Hay que tener en cuenta que, cuanto más general sea el plano, más se puede perder la iluminación particular de los detalles; así, podemos dirigir la atención del espectador a los diferentes elementos que aparecen en el plano en función de su iluminación, de forma que lo más iluminado adquirirá mayor relevancia en la imagen. Cuanto más iluminación, más nitidez.

En una escena muy bien iluminada, la situación nos inspira más confianza, lo que acontece se puede percibir fácilmente. Cuanto menor sea la iluminación, menor nitidez. Los elementos menos iluminados en una escena tienden a pasar a un segundo plano con respecto a los más iluminados.

Además, como señalábamos antes, la iluminación no solo nos permite enfatizar determinados hechos que ocurren en plano o determinados elementos relevantes en un momento dado, sino también remarcar texturas y formas, suavizándolas o destacándolas fuertemente en el juego de fondo y forma.

Por otro lado, es importante considerar en exteriores, cuando aprovechamos la luz natural, que en días soleados la luz será especialmente contrastada a mediodía y provocará distintas sombras según el sol avance por el firmamento. Las horas del atardecer y el anochecer tendrán tonalidades azuladas y anaranjadas, respectivamente. A estas horas, la luz es más indirecta y tamizada, dando mayor variedad de matices, aunque puede tender a apagar los colores y son momentos en que la luz cambia rápidamente.

La iluminación, en estos momentos del día, remite a las emociones que nos producen el amanecer como comienzo de un nuevo día y el atardecer como momento de recogida e intimidad.

Cuando iluminamos a una persona, en un retrato, por ejemplo, debemos considerar que el rostro nos da información (real o imaginada) sobre la personalidad del personaje, sus intenciones y forma de ser. La luz contribuye a dar una lectura psicológica de la persona retratada, pudiendo sernos útil a la hora de proporcionar una determinada lectura por parte del espectador de nuestro personaje.

Así, una iluminación en la que los ojos aparecen en sombra produce un rostro de cansancio, enfermedad o muerte (calavera). Generalmente, si iluminamos hacia abajo desde una posición perpendicular al rostro, crearemos sombras que nos darán profundidad, pero puede resultar siniestro. Igualmente, una iluminación de poca intensidad que genere sombras en el rostro puede producir un aspecto de misterio, tensión o sensación de miedo al ocultar determinados rasgos que nos ayudan a interpretar las intenciones o personalidad del personaje.

Formalmente, una iluminación frontal sin sombras en el rostro da como resultado una imagen plana, sin matices ni contrastes.

Una iluminación fuertemente contrastada en el rostro provoca una sensación de dureza, pero también nos permite jugar con una iluminación barroca de claroscuros en la que determinadas partes están especialmente iluminadascon respecto a otras que permanecen en la oscuridad.

La iluminación nos permite suavizar un rostro, rejuvenecerlo o envejecerlo, mostrarlo agradable o malhumorado.

Un exceso de luz también puede hacer desaparecer la imagen, como una escasez de luz también.

Fijaos en cómo en esta pieza la artista multidisciplinar Laurie Anderson utiliza el recurso de la iluminación para hace desaparecer su rostro, que permanece en oscuridad; su cabeza está iluminada desde atrás en un contraluz que resalta un pelo erizado, una estética punk, mientras que la otra fuente de iluminación proviene del interior de su propio rostro, en concreto de la boca, donde ha introducido una fuente de luz. La pieza es el videoclip de su tema musical O Superman, y a la vez es una pieza de videoarte. La iluminación resalta el carácter casi robótico de la voz de la artista en la canción, despersonalizando su rostro y consiguiendo un efecto de artificialidad que no deja de ser estéticamente impactante.

Laurie Anderson, O Superman, 1982.
Fuente: https://youtu.be/Vkfpi2H8tOE

De esto se deduce la importancia de las sombras en la iluminación. Las sombras pueden ser elementos que ensucien o afecten a la escena por resultar molestas, antiestéticas o artificiales, o porque oculten determinadas zonas del rostro que no interesa ocultar, por ejemplo. Por otro lado, un ambiente sin ninguna sombra puede resultar artificial. Normalmente, en la naturaleza no encontramos ausencia de sombras. También las sombras pueden delatar la posición de los focos y hacer que el espectador salga de la escena para tomar consciencia de la artificialidad de la situación.

Por último, la propia luz puede ser el objeto de nuestro interés, en piezas de videocreación, en trabajos que exploren las calidades y posibilidades de la luz como fuente en sí misma de expresión creativa. No olvidemos, por ejemplo, el uso que tradicionalmente se ha hecho de la luz en los teatros de sombras, cicloramas, proyecciones, etcétera.

Igualmente, debemos considerar la iluminación de los fondos que tendrá nuestra pieza en vídeo:

  • Los fondos claros contribuyen a intensificar los colores y dar una sensación de alegría.
  • Los fondos oscuros pueden debilitar los colores, los objetos tienden a difuminarse y a perder importancia en el conjunto de una escena con distintos fondos.
  • Los objetos contrastados y de colores vivos delante de fondos neutros resaltarán más vivamente.

Tipos de iluminación

Resumiendo lo que hemos venido comentando y de cara a familiarizarnos con una cierta terminología y características de la iluminación en el lenguaje audiovisual, podemos clasificar la iluminación en función de varios aspectos:

1) Naturaleza de la iluminación

  • Natural: la luz proviene de una fuente de iluminación natural, sol o luna, y se realiza en exteriores o en interiores próximos a grandes ventanales al exterior. Produce una sensación de realidad y naturalidad.
  • Artificial: iluminación con focos o medios artificiales. Nos permite iluminar tanto interiores y exteriores y controlar todas las posibilidades del recurso. Nos permite jugar con la creatividad de la iluminación y provocar determinadas emociones en el espectador.

2) Origen de la fuente de luz

  • Directa: la iluminación directa es la que incide directamente sobre los objetos desde el foco de luz.
  • Indirecta: la luz no llega directamente al objeto o sujeto desde la fuente lumínica, sino por rebote desde otra superficie, por ejemplo: una pantalla o una pared.

3) Intensidad 

Cuando trabajamos con luz artificial, debemos considerar el tipo de focos que utilizamos, su temperatura de color, intensidad, grado de concentración de la luz, etcétera. Existen en el mercado focos específicos para iluminación en vídeo, muchos de los cuales producen un tipo de iluminación determinada que nos puede interesar modificar mediante el uso de difusores.

a) Luz dura: es un tipo de iluminación en el que la luz tiende a concentrarse sobre los objetos, produciendo fuertes contrastes entre las zonas iluminadas y las sombras. Es una iluminación complicada porque las zonas con alto brillo pueden perder nitidez y color, restando volumen al objeto. Como recurso expresivo, en cualquier caso, es útil cuando queremos provocar sensaciones de inquietud o resaltar personalidades fuertes desde un punto de vista psicológico; ha sido utilizada con frecuencia en el cine de terror y de misterio.

Es el caso del maestro Hitchcock, una gran fuente de inspiración para el videoarte y las artes visuales en general, que utiliza este tipo de iluminación en algunos planos del personaje de Psicosis, Norman Bates.

Alfred Hitchcock, Psicosis, 1960.

Este tipo de luz dura se puede conseguir cuando proyectamos la luz directa usando focos sin ningún filtro difusor ni rebotar la luz, pero también, paradójicamente, utilizando difusores cuyo efecto sea el de concentrar la luz sobre el objeto. En cualquier caso, esto dependerá del foco con el que trabajemos, porque algunos focos producen un efecto difuminado sin necesidad de filtros. Es mejor que probemos previamente para ver qué efecto de iluminación se produce sobre lo que queremos eliminar. La iluminación es una de las cuestiones centrales en fotografía y vídeo y requiere práctica, conocimiento y estudio.

b) Iluminación suave: cuando utilizamos medios como pantallas, ciertos difusores y filtros o rebotamos la luz sobre una superficie para iluminar el objeto o personaje, podemos conseguir una luz menos dura, más suave y menos contrastada; las zonas iluminadas se difuminan progresivamente con las zonas de sombra, dándonos como resultado una amplia gama grises en el caso de trabajar en blanco y negro. Los efectos psicológicos son más sutiles, menos intensos. Las sombras se marcarán menos que con la luz directa. Permite apreciar más matices y tonalidades y en general transmite una sensación de calma.

4) Ángulo de iluminación 

  • Frontal: la luz frontal tiende a aplanar la imagen en dos dimensiones.
  • Lateral: a distintos grados, contribuye a darle volumen a los objetos iluminados.
  • Cenital: perpendicularmente desde encima. Proyecta sombras oscuras. Contribuye al dramatismo de la escena.
  • Contrapicado: desde abajo hacia arriba. Invierte la posición de las sombras en la naturaleza, por lo que genera una atmósfera de extrañeza e ingravidez.
  • Contraluz: luz que se proyecta desde detrás de los objetos. Efecto de silueteado.

Casos de estudio

Carles Congost, The Wolf Motives, 2017 (minuto 16:31)

Carles Congost, The Wolf Motives, 2017.
Fuente: http://www.rtve.es/alacarta/videos/metropolis/

Fijaos en el uso de la iluminación que hace el artista Carles Congost en su pieza The Wolf Motives. La pieza aprovecha tanto los recursos naturales del exterior, con una luz propia del atardecer o amanecer en un día de otoño, como los recursos de la iluminación artificial para los planos nocturnos.

En la oscuridad del bosque, el artista utiliza predominantemente una iluminación azulada; tonalidad que se suele emplear para dar un matiz de luz nocturna (ver ficha sobre el color). Esta iluminación remite a las escenas nocturnas de misterio en el cine fantástico y de terror, cine de fácil y rápido consumo, situando al espectador en una atmósfera de cuento y a la vez trasladándonos a un ambiente de control en el que las corporaciones controlan los intereses y gustos de estos jóvenes, que aparecen como animales de una fábula, sometidos al poder de las marcas.

Además, en la pieza la iluminación sigue estrategias propias de la publicidad y la moda, habitual en el universo estético del artista.

Se aprovecha la iluminación producida por los propios elementos en escena como, por ejemplo, la luz de linternas de mano que portan algunos de los personajes, para resaltar determinadas zonas del rostro o del cuerpo, recreando un encuentro adolescente en una noche de picnic en el bosque y construyendo una atmósfera de misterio gracias a la iluminación que imita el reflejo de la luna. En el caso de la luz de los focos del coche, esta contribuye no solo con tonalidades cálidas anaranjadas a la gama de tonos de la iluminación general, sino también a producir sombras en rostros y objetos que acentúan el dramatismo de las escenas. Volvemos así a la iluminación clásica del cine de suspense. Los personajes aparecen fríos y distantes, casi como modelos de una revista pop juvenil. El artista utiliza con frecuencia el contraluz, iluminando suavemente desde atrás el pelo y el contorno de los personajes.

La iluminación en determinados momentos nos remite al interior de un club, a pesar de que la escena transcurre en un bosque; de esta manera, el artista aprovecha su interés por la cultura musical, la juventud y el imaginario adolescente para hacer una reflexión crítica sobre el consumo como símbolo de libertad.

En definitiva, la iluminación general de esta pieza nos traslada al universo del telefilm, su estética y artificialidad.

Lutz Mommartz, Markeneier, 1967

Lutz Mommartz, Markeneier, 1967.
Fuente: https://youtu.be/XytYLrp5Z6k

Es una pieza realizada en 16 milímetros en la que el artista realiza un ensayo visual sobre las posibilidades de iluminación de un objeto, a la manera de un bodegón, algo muy habitual en los ejercicios académicos de pintura y dibujo. Se trata de un trabajo meramente formal que construye una coreografía visual en el que se propone la idea del audiovisual y la imagen en movimiento como pintura.

El artista emplea distintos ángulos de iluminación, cenital, lateral, frontal, consiguiendo diferentes efectos dramáticos.

El empleo del blanco y negro nos remite al dibujo en carboncillo; de la iluminación de un único huevo, al comenzar la pieza, mediante luces fuertemente contrastadas, pasamos progresivamente a distintas iluminaciones y a la incorporación de nuevos huevos a la escena en una danza de luces y sombras.

La forma y coreografía de los elementos en la pieza se constituye en el elemento principal de la reflexión visual, gracias a la iluminación de distinta intensidad y posición que constituyen un compendio de ejercicios propios de academia de dibujo.

Resulta interesante como ejercicio que comparemos esta pieza con la obra de Daniel Silvo Technoaceitunas, de la que hablamos en la ficha de música; en este caso la luz es frontal, lo que contribuye a aplanar los objetos.

Daniel Silvo, Technoaceitunas, 2002.
Fuente: http://oralmemories.com/daniel-silvo/technoaceitunas-2002

Manu Arregui, Con gesto afeminado, 2011

Manu Arregui, Con gesto afeminado, 2011.
Fuente: https://vimeo.com/33495724

En esta obra volvemos a lo nocturno, el jardín romántico y la iluminación barroca. El claroscuro es una iluminación que asociamos a la noche. La recreación de un espacio de sombras en la que los cuerpos aparecen perfectamente iluminados contrastando con la oscuridad. La luz resalta la piel blanca de los bailarines que se convierten en esculturas de porcelana en movimiento.

En este caso, los fondos negros tienden por un lado a apagar los colores, pero por otro a resaltar la figura de los bailarines que contrastan vivamente con estos.

La atmósfera lumínica del jardín y el juego de sombras acompañan a la sensualidad del encuentro erótico. Por otro lado, y al igual que en la pieza comentada con anterioridad del artista Carles Congost, en estas dos piezas la iluminación nocturna está enfáticamente resaltada para proporcionar un ambiente de artificialidad, a pesar de estar rodada en exterior. Es una iluminación que no encontraríamos en la naturaleza, sino que más bien se trata de una recreación, un espacio de ensueño y a la vez un espacio escénico, teatral. La iluminación construye una atmósfera apropiada para el encuentro furtivo, condenado por la norma heteropatriarcal a la oscuridad y el misterio del jardín. El placer homoerótico no puede mostrarse en público sin ser objeto de condena y mirada reprobatoria. A través del preciosismo esteticista de la iluminación, en esta obra se nos transmite un profundo mensaje de crítica y denuncia de la discriminación política y social del «gesto afeminado».